Algunos
datos que se conocieron a finales del mes pasado muestran que el Gobierno, a
casi 3 años del inicio de su gestión, finalmente comienza a lograr que dos variables
macroeconómicas fundamentales se acerquen hacia el equilibrio.
Por
un lado, en septiembre el saldo comercial mostró su primer superávit en 21
meses, de 314 millones de dólares. La última vez que se había registrado un
resultado positivo había sido en diciembre de 2016, de 55 millones de dólares.
Esta mejora de la balanza comercial fue producto de la fuerte devaluación que
se registró este año. Se apoyó en esta etapa preliminar en el derrumbe de las
importaciones (21%). Es de esperar que, en la medida en que se mantenga un tipo
de cambio real competitivo, junto con un clima más favorable para las
actividades agropecuarias, las exportaciones comiencen a mostrar mayor
dinamismo en los próximos meses.
La
otra variable que se viene moviendo hacia el equilibrio es el déficit fiscal
primario. En los primeros 9 meses del año, éste se ubicó en el 1,3% del PBI,
con un sobrecumplimiento del 0,6% de la meta estipulada para el período (1,9%
del PBI). El Gobierno viene avanzando con firmeza hacia el objetivo del 2,7%
del PBI para este año y el 0% para el que viene.
Si
las autoridades económicas continúan en este rumbo pueden llegar a restablecer los
superávits gemelos que se registraron entre el 2003 y el 2008 y que fueron sin
lugar a duda una condición esencial para la expansión que se logró en ese
período. En la medida en que el Gobierno estabilice la economía manteniendo
estos equilibrios que se están alcanzando, se estarán sentando las bases para
poner en marcha un proceso de crecimiento sólido.
Sin
embargo, el fuerte impacto que, en términos de salarios reales y actividad
económica, viene teniendo este proceso de corrección macroeconómica y la
creciente cercanía de las elecciones presidenciales del 2019 generan
interrogantes acerca de la capacidad del Gobierno para mantener esos logros. En
agosto, el último dato disponible, los salarios habían perdido un 12,5% contra
la inflación en los últimos 12 meses y la brecha seguramente aumentará en
septiembre y octubre. Muy posiblemente termine el año entre el 15% y el 20%. Y,
al cierre de esta edición, se conoció que en septiembre la industria se
desplomó un 11,5% y la construcción cayó un 4,2% en relación al mismo mes del
año pasado. La administración deberá lidiar con la reacción de la población
frente a esta dura realidad y los resultados de las encuestas sobre la
contienda presidencial que vayan apareciendo pueden ejercer una influencia
desafortunada sobre las decisiones económicas.
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