sábado, 9 de marzo de 2013

Ignorando las enseñanzas de la región



Esta edición especial, que se distribuye en el Congreso Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es una buena oportunidad para analizar la economía argentina en el contexto de la región que integra y ver hasta qué punto se han replicado a nivel local las políticas de los países que vienen mostrando una trayectoria más exitosa.

Los funcionarios del Gobierno se apresurarían a objetar que la economía argentina ha sido la más exitosa de los últimos 10 años en la región, sin detenerse a analizar que el punto de partida, con una desocupación superior al 20% y una capacidad instalada ampliamente subutilizada, permitía un amplio margen para crecer sin inversión y que en los últimos 5 años la tasa de crecimiento ha sido sobreestimada.

En los últimos años se ha destacado en la región el caso de Perú, que desde el 2005 al 2011 registró tasas de crecimiento de entre el 6.8% y el 9.8%, con la excepción del 2009, que fue un año en que toda la región experimentó una fuerte desaceleración o directamente una caída en la actividad económica. También se pueden mencionar los casos de Chile y Colombia, que en el mismo período crecieron a tasas de entre el 3.7% y el 6.1% el primero y el 3.5% y el 6.9% el segundo. Brasil atravesó un robusto proceso de crecimiento entre 2004 y 2010, con tasas de entre el 3.2% y el 7.5%, pero en los últimos 2 años se ha desinflado planteando interrogantes respecto a su futuro.

Un aspecto central de los procesos de crecimiento atravesados por estos países es que en todos los casos la tasa de inflación se ha mantenido en 1 dígito. Todos estos países han demostrado que se puede alcanzar un buen ritmo de crecimiento sin provocar un recalentamiento desmedido de los precios. Los datos también parecen corroborar un hecho que le teoría económica predice: que los países con alta inflación tienden a tener tasas de crecimiento bajas. De hecho, Venezuela, que registró una tasa de inflación de más del 20% en los últimos años, fue el que peor desempeño, en términos de crecimiento, tuvo en el período, con un crecimiento negativo en 2009 y 2010 y una recuperación de sólo el 4.2% en 2011.

Lamentablemente, Argentina se ha inclinado por replicar el ejemplo de Venezuela en lugar del de los países más exitosos de la región y parece avanzar en la misma dirección, a juzgar por la fuerte desaceleración económica registrada en el 2012 (1.9% de crecimiento, según el INDEC) y por el panorama que traza para los próximos años la fuerte caída en la inversión. Sin una recuperación de la inversión va a resultar imposible alcanzar las tasas de crecimiento a las que nos habíamos acostumbrado años atrás.

Aparentemente, el partido gobernante de la Argentina se ha visto seducido por la permanencia del líder venezolano Hugo Chávez que, al fallecer al cierre de esta edición, estaba iniciando un nuevo mandato tras 14 años en el poder. Parece considerar que la utilización en la Argentina de políticas económicas similares a las de Venezuela ofrece mayores probabilidades de éxito en las contiendas electorales que se avecinan. Habrá que ver si estos cálculos resultan válidos pero los políticos argentinos deben saber que si en algún momento deciden dejar a un lado sus intereses y bregar por los de la sociedad no tienen que mirar muy lejos: varios países vecinos hoy nos muestran el rumbo a seguir.



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