El
dólar cerró mayo con el incremento más bajo desde enero, de solo 1,6%. El
anuncio del Banco Central de que puede vender reservas en el mercado aun cuando
la cotización de la divisa se encuentre por debajo del techo de la rebautizada
zona de referencia cambiaria resultó exitoso para modificar la vertiginosa
dinámica con la que el mercado venía comportándose desde febrero.
El
Gobierno había pecado de ingenuo y la última escapada del dólar había acelerado
la inflación y cercenado las chances de recuperación con el nuevo golpe que
propinó al bolsillo de los argentinos. Así lo reflejan las cifras oficiales. En
concordancia con el fogonazo inflacionario de marzo, del 4,7%, la actividad
económica cayó en ese mes por primera vez luego de 3 meses de crecimiento, de
acuerdo a la serie desestacionalizada que publica el Indec.
Todo
indica que las autoridades económicas ahora están en condiciones de mantener la
estabilidad cambiaria que se logró en las últimas semanas, lo que le
otorgará al Gobierno un importante respiro de cara a un año muy sinuoso por las
dificultades que plantea la campaña electoral.
En
este escenario, en los próximos meses la inflación debería tender a caer por
debajo del 3% mensual y los salarios podrían empezar a crecer por encima de los
precios, teniendo en cuenta que, con la excepción de diciembre, desde agosto
del año pasado vienen incrementándose más del 2,7% mensual, con un máximo del
4% en marzo. A esto hay que sumar los aumentos del 11% otorgados a principios
de este mes a los jubilados
y pensionados y a los beneficiarios de asignaciones familiares, un segmento que
incluye a más de 13,2 millones de personas.
Ahora
bien, cuán perdurable va a ser esta recuperación, si finalmente se concreta, va
a depender de lo que suceda en las elecciones. Si se impone una alternativa que
continúe con los lineamientos económicos planteados en los últimos años, la
recuperación debería tender a extenderse y puede transformarse en un proceso de
crecimiento sostenido. De lo contrario, la economía va a seguir en este
subibaja estéril en el que nos encontramos desde el 2012 y puede ingresar en
una dinámica muy peligrosa.
Con el
objeto de mejorar el humor social de cara a las elecciones, es de esperar que a
esta recuperación en los ingresos reales se sume también un aumento del gasto
público, desde ya dentro de las limitaciones impuestas por el acuerdo con el
Fondo. Hay que tener en cuenta que en el primer cuatrimestre aquél cayó
fuertemente en términos reales, con un incremento nominal de 32% en relación al
mismo período del año pasado, contra una inflación promedio superior al 50%.
En este contexto, a partir de junio podríamos empezar a observar tasas de crecimiento interanual positivas, si bien más que nada porque vamos a estar comparando con la segunda parte del 2018, que fue muy mala.
En este contexto, a partir de junio podríamos empezar a observar tasas de crecimiento interanual positivas, si bien más que nada porque vamos a estar comparando con la segunda parte del 2018, que fue muy mala.
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