Sin
ningún lugar a dudas, el principal desafío que enfrenta el nuevo gobierno
liderado por Alberto Fernández es sacar a la economía argentina del largo
estancamiento en el que se encuentra desde el 2012.
En
los últimos dos mandatos presidenciales, la actividad económica no solo no creció sino que, dependiendo de cuál sea el resultado final de este
2019, se redujo alrededor de un 3%. Es decir, la economía argentina es hoy
un 3% menor a lo que era en el 2011. Si además tenemos en cuenta que se estima
que entre el 2011 y el 2019 la población del país se incrementó en un 8,9%, el
ingreso anual por persona disminuyó más de un 10%.
En
este aspecto, este nuevo mandato peronista se asocia con aquel que Carlos Menem
inició en 1989, también con el reto de poner en marcha la economía tras un
largo período de estancamiento.
Como
siempre, no es difícil formular qué es lo que se requiere para que la actividad
económica ingrese en un sendero de crecimiento, lo complejo es llevarlo a la
práctica, en un clima de ansiedad, de expectativas de una pronta resolución de
los problemas y de divisiones internas muy marcadas en la coalición que gobernará la Nación a partir del 10 de diciembre.
El
punto esencial para generar las condiciones necesarias para el crecimiento
económico es la estabilización de precios relativos que favorezcan la inversión
privada. Y, para ello, la corrección del déficit fiscal es un punto
insoslayable. Muy difícil imaginar que la economía crezca en los próximos años
si no se resuelve el problema fiscal, no solo porque es un importante factor de
desestabilización sino también porque genera una gran incertidumbre sobre cuál
va a ser la carga tributaria y, por ende, la rentabilidad de los proyectos
de inversión. En este último aspecto también es sumamente relevante cuál es el
grado en el que se va a cerrar la economía, dependiendo de lo que signifique la
promesa del presidente electo de no “traer remeras de China o bicicletas de
Corea” o que se reediten las restricciones a las importaciones que se aplicaron
en el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner para hacer frente a la
escasez de divisas.